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La Esperanza Te Da Fuerza. Tu Esperanza Se Revela A Través Del Sufrimiento

Hope Gives You Strength. Your Hope Reveals Through Suffering

Photo: ©Aris Leoven from capturenow via Canva.com

La Esperanza Te Da Fuerza. Tu Esperanza Se Revela A Través Del Sufrimiento

Felipe se sentó en mi oficina. Estaba desanimado. Su esposa acababa de decirle que pronto los dos iban a divorciarse. Con la cabeza en las manos, comenzó a llorar. Lloré con el. Aunque yo sabía lo que tendríamos que hacer para resolver el problema, en ese momento Felipe no estaba preparado para seguir adelante.

Para mí, lo más apropiado era llorar con Felipe. Con la ausencia de lágrimas, la consejería bíblica pierde fácilmente su esencia.  Al venir a la primera sesión, Felipe deseaba más hablar con un amigo comprensivo que planificar los pasos para resolver el problema.

Según la Biblia, hay cierta tristeza que no se puede describir. Además, hay cierto dolor que no se puede explicar. Era ése el dolor que se había apoderado de Felipe. Su relación con su esposa estaba para terminarse. Nada, nadie—salvo la obra de Dios—podría impedir el divorcio.

¿Alguna vez te has encontrado en una situación parecida? ¿Has percibido alguna vez la desesperación que infligía a los discípulos que miraban a Jesucristo (la fuente de su esperanza) morirse en la cruz?

Aunque los discípulos conocían y querían a Jesucristo como pastor y como compadre, los discípulos se dejaron llevar por un dolor insoportable cuando su esperanza murió. Para los discípulos, ya no había ninguna fuente de esperanza.

68 Simón Pedro le contestó:

—Señor, ¿a dónde iríamos? Tú tienes palabras que dan vida eterna. 69 Confiamos en ti y sabemos que eres el Santo de Dios. – Juan 6:68-69 (PDT)

Aunque Todo Marche Bien, Vendrá el Sufrimiento

Quizás tu matrimonio es fuerte y exitoso. Si tu matrimonio es así, te felicito y regocijo contigo. Sin duda, un matrimonio exitoso es una señal de la misericordia de Dios. Es un regalo. Sin embargo, tú y tu familia todavía pueden leer este artículo para seguir fortaleciendo las relaciones familiares.

Si todavía no has enfrentado ningún problema personal grave, tales problemas surgirán en el porvenir. Dios te avisa que llegará un día en que el sufrimiento se convierta en tu compañero. Nadie saldrá de este mundo sin enfrentar el sufrimiento debido al pecado de Adán y Eva.

A través de tu desánimo y tu dolor, se revela tu esperanza verdadera. El dolor y el desánimo ponen a prueba la esperanza y la fe. A los discípulos todo les marchaba bien hasta que Jesucristo se murió. Después de la muerte de Cristo, se perdieron las ganas.

Entonces se plantea un problema. Es fácil querer, alabar, y fiarte de Dios cuando todo nos marcha bien. Por eso, sospecho que la mayoría de los Critianos (sobre todo los que no se han encarado con problemas personales graves) se engañan a si mismos sobrestimando la esperanza que ponen en Dios.

Como consejero, quiero que seas felíz. Pero también quiero animarte a reflejar sobre las fuentes de tu esperanza. No es necesario enfrentar un problema antes de aplicar este artículo a tu vida.

Si todo te marcha bien, te recomiendo que completes las dos siguientes actividades para aplicar este artículo a tu vida:

  1. Por la mayor parte tus amigos y tus parientes saben en qué sueles poner tu esperanza. Hazles la siguiente pregunta: <¿En qué suelo poner mi esperanza?>
  2. Al rezar, pídele a Dios que ilumina tu alma con una luz divina para que puedas ver dentro de ti y averigüar quién eres realmente.

De todas las sesiones de consejería que he dirigido, las que más me entristecen son las sesiones en que mi cliente se sentía felíz HASTA QUE un desastre personal le cambió la vida. En todos esos casos, el cliente no entendía que, debido al pecado de Adán, el sufrimiento era una parte inevitable de la vida humana.

También fíjate en las siguientes situaciones:

  1. Los ricos ponían su esperanza en la riqueza, el dinero, y los deseos materialistas.
  2. Los fuertes ponían su esperanza en su independencia y su fuerza física.
  3. Los que cuidaban a niños basaban su esperanza en el bienestar de los niños cuidados.
  4. Los sanos gozaban de la vida y ponían su esperanza en su buen estado de salud.
  5. Los intelectuales ponían su esperanza en su sagacidad superior.
  6. Los guapos ponían su esperanza en su belleza, la cual servía para ocultar su edad real.

Nuestra esperanza sólo se revela mediante el desánimo y el dolor. Por eso, es importante que nos examinemos con imparcialidad y que veamos dentro de nosotros mismos para averigüar en qué ponemos la esperanza. No quiero desalentarte; quiero darte a conocer la verdad. Si todavía no has enfrentado el desánimo, lo enfrentarás antes de salir de este mundo.

Como Cristianos, es imprudente que pasemos por alto las fuentes de nuestra esperanza. Debemos saber con una claridad excepcional en qué ponemos la esperanza. Si no lo sabemos, nos dejaremos llevar por el estrés y el dolor al enfrentar un problema.

Cualesquier que sean los problemas que enfrentes, tales problemas revelan lo que pasa en tu alma. Si has puesto la esperanza en Jesucristo, podrás enfrentar el problema con confianza y tranquilidad. Pero si no has puesto la esperanza en Jesucristo, el dolor persistirá hasta que cambies la fuente de tu esperanza.

La Esperanza/Confianza Mal Puesta

Felipe había puesto su esperanza en su matrimonio. Por eso, estaba contolado por los éxitos y los fracasos de su matrimonio. Durante los períodos de éxito, Felipe se alegraba. Igualmente, durante los períodos de fracasos, Felipe se desalentaba.

Además, los discípulos no se desanimaron por haber puesto su esperanza en Cristo, sino por no haber entendido quién era Cristo y cómo se realizaría su labor redentora.

Los discípulos habían puesto su esperanza en la persona correcta (Cristo), pero no entendían por completo  la voluntad de Dios. Después de la resurrección de Cristo, se enteraron de la voluntad y la obra redentora de Dios, y pusieron su esperanza en la verdadera esencia de la Palabra de Dios.

Inicialmente el Apóstol Pablo era discípulo de Cristo. Por desgracia, varias veces Dios no era la fuente principal de su esperanza; había puesto su esperanza en otras partes de su vida. Pablo creó una lista de sus otras “fuentes de esperanza” en la carta que les mandó a los Filipenses.

4 Aunque yo tendría razones para confiar en mi raza y posición social, no lo hago. Así que si alguien piensa que tiene razones para confiar en su raza o posición social, yo tendría más razones que cualquier otro. 5 Me circuncidaron cuando tenía ocho días de nacido, soy israelita y pertenezco a la tribu de Benjamín. Soy hebreo y mis padres también fueron hebreos. La ley era muy importante para mí, pues yo era fariseo. 6 Estaba tan dedicado a la ley y las tradiciones de mi pueblo que perseguía a la iglesia, y nadie podía reprocharme nada porque siempre obedecía la ley.

7 En esa época pensaba que todo eso era muy valioso, pero gracias a Cristo, ahora sé que eso no tiene ningún valor.  – Filipenses 3: 4-7 (PDT)

Es muy fácil poner la esperanza en las fuentes equivocadas. ¿Pero ves lo peligroso que es? El Apóstol Pablo se engañaba a si mismo de vez en cuando al poner su esperanza en una fuente equivocada. ¿No es verdad que tú también puedas encontrarte en tal situación?

Este asunto es muy urgente para mí. No quiero vivir una vida ignorante por haber puesto la esperanza en una fuente equivocada. Tampoco quiero esperar hasta enfrentar una tragedía personal para darme cuenta de mi esperanza mal puesta.

Por eso, es importante que yo pase tiempo con Cristianos comprensivos, quienes me ayudarán a entender en qué he puesto mi esperanza. El Apóstol Pablo ayudó así a los Corintios. Aunque era odiado de algunos Corintios, Pablo los quería tanto, que deseaba revelarles el autoengaño y ayudarlos a darse cuenta de lo que no habían visto anteriormente.

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Hijos de Dios, no Sean Ignorantes

8 Hermanos, queremos que sepan acerca de los problemas que afrontamos en Asia. Tuvimos que soportar una carga demasiado pesada para nosotros y estábamos tan desesperados que incluso perdimos la esperanza de seguir viviendo. 9 En el fondo de nuestro corazón sentíamos que se nos había dado sentencia de muerte; sin embargo, esto sucedió para que aprendiéramos a dejar de confiar en nosotros mismos y confiáramos en Dios, quien es capaz de resucitar a los muertos. – 2 Corintios 1:8-9 (PDT)

La lección anterior aprendida por Pablo tiene mucho poder espiritual. Felipe sufría porque no aprendió con claridad esa lección. Felipe ignoraba por completo las razones espirituales por las cuales enfrentaba desánimo y la tristeza. El Apóstol Pablo les advirtió a los Coritios que no se olvidaran del significado espiritual del sufrimiento de Pablo y sus compadres.

La esperanza de Felipe era mal puesta. Era un sueño dorado que últimamente se dirigió hacia la desilusión. Eso es lo que suele suceder cuando ponemos la esperanza en el objeto/la persona equivocado/a. Felipe no ponía su esperanza en Cristo, sino en su matrimonio. Por eso, la fuerza de su esperanza era controlada por el estado de su matrimonio. Cuando su matrimonio era fuerte, Felipe tenía esperanza. Pero cuando su matrimonio no iba bien, perdía su esperanza.

Para mí lo más difícil era explicarle a Felipe lo que el Apóstol Pablo les dijo a los Corintios.  Le dije a Felipe que él no se habia fiado de Dios—quien les da la vida a los muertos—sino de si mismo. Además le expliqué que hasta ese momento no había puesto su esperanza en Dios.

Pablo no quería que los Corintios ignoraran la razón espiritual por la cual sufrían Pablo y sus compadres—Dios quería ayudarlos a expulsar de su vida la autosuficiencia.

La esperanza no implica ilusiones. Tampoco sucumbe al pesimismo – G.K Chesterton

El Señor quería que Pablo se fiara completamente en el único Dios que podía resucitar a los muertos. Después de la resurrección de Jesucristo, los discípulos pusieron su esperanza y su confianza en el Salvador, lo cual los ayudó a triunfar sobre el sufrimiento.

Pablo no quería que pusiéramos la esperanza en el Salvador muerto. Por lo contrario, quería que la pusiéramos en el Salvador resucitado, quien vivirá para siempre. Eso es importante; si Jesucristo permaneciera muerto, nuestra fe sería inútil.

Glorifico a Dios porque el nos redentó a traves de la cruz de Cristo, pero también regocijo porque mi Salvador está vivo. Si Jesucristo todavía estuviera muerto, no triunfaría sobre la Muerte. ¡Sin embargo, nuestro Salvador está vivo! Por eso, podemos sobrellevar el sufrimiento con el poder trascendente de Dios.

Sobrellevar el Sufrimiento

En un sentido teológico, la trascendencia espiritual es un atributo incomunicable de Dios. Es decir, la trascendencia espiritual sólo caracteriza a la divinidad. Dios no le transmitió esa característica a la humanidad.

No obstante, como seguidores de Cristo, hay una “sombra” de trascendencia espiritual que prevalece en nuestra vida porque el poder de Dios se manifesta a través de sus seguidores.

13 Puedo enfrentar cualquier situación porque Cristo me da el poder para hacerlo. – Filipenses 4:13 (PDT)

12 Les digo la verdad: el que cree en mí también va a hacer las obras que yo hago. Y hará obras más grandes porque yo regreso al Padre. – Juan 14:12 (PDT)

Entonces el poder que tienes es un regalo se Dios. No es un poder generado/ creado por ti mismo. Cuando pones la esperanza y la confianza en Dios, podrás aprovechar el poder divino que te da ánimo y apoyo durante los períodos de sufrimiento. Ésta era la lección que el Apóstol Pablo les transmitió a los Corintios.

Si te encuentras en un lío del que no puedes sacarte, no seas ignorante. A través de este lío, Dios está intentado enseñarte a fiarte y poner tu esperanza en él, porque Dios es la única Persona que puede hacer lo imposible- resucitar a los muertos.

25 Jesús le dijo:

—Yo soy la resurrección y la vida. El que cree en mí, aunque muera, vivirá. 26 Si alguien vive y cree en mí, realmente no morirá jamás. ¿Crees esto? – Juan 11:25-26 (PDT)

¿Eso crees? ¿De veras? Creerlo en un sentido intelectual no basta. Si lo crees profundamente, te esforzarás en aplicarlo a tu vida.

Si tu fe en Dios no extiende a todas las partes de tu vida (a tus acciones, a tus pensamientos, y tal), esa fe es inútil. Con una fe inútil, no puedes ser un Cristiano victorioso.

Jesucristo no quiere que seas un Cristiano “intelectual” que crea la Palabra de Dios, pero que no la aplique a la vida. Antes de llevarte al Cielo, Jesucristo quiere que seas un Cristiano que aplique la Palabra de Dios a tu vida para convertirte en la sal y la luz del mundo.

Deja que Brille la Luz de Dios en Tu Vida

14 »Ustedes son la luz que alumbra al mundo. Una ciudad que está en un monte no se puede esconder. 15 Ni se enciende una lámpara para ponerla debajo de un cesto, sino sobre el candelero para que ilumine a todos en la casa. 16 Así mismo, ustedes deben ser luz para los demás de tal manera que todos puedan ver sus buenas obras y dar honra a su Padre que está en los cielos. – Mateo 5:14-16 (PDT)

Cuando el Salvador resucitado salió de la tumba, te dio un regalo especial—Dios te dio el poder necesario para sobrellevar el sufrimiento. ¿Pero cómo se accede este poder?

Según el Apóstol Pablo, si te resulta difícil percibir el poder divino de Dios en tu vida, quizás hayas vivido tu vida bajo una sombra de ignorancia. ¡Pero no te desesperes! Para mí, a veces mi incapacidad para encontrar el poder de Dios en mi vida se atribuye a las siguientes razones:

  1. Me engañé a mi mismo viviendo una vida de autosuficiencia; no me di cuenta de que no había puesto me esperanza en Dios.
  2. Mi ignorancia me impidió entender la razón espiritual por la cual sufría—el sufrimiento me refuerza que no debo fiarme de mí mismo, sino de mi Salvador.

¿En cuál situación te encuentras? Si te sientes desesperado y decepcionado por no haber podido sacarte de un lío, no has aprovechado al máximo el poder que Dios te otorgó después de la resurrección.

Después de leer este artículo, si te das cuenta de que has vivido tu vida engañado por una “victoria falsa” (la autosuficiencia), te aconsejo que busques un amigo Cristiano que pueda hablar contigo, darte consejos, y dirigirte otra vez hacia el poder de Dios.

La Palabra de Dios es infalible, y Dios les extiende su poder a todos sus hijos. Gracias a la resurrección de Cristo, podemos adquirir una esperanza abundante y extensiva en nuestro Señor. ¿Vas a extenderle la mano a otro Cristiano y hablar más de la esperanza que todos podemos tener en Dios?

  1. 15 Alégrense con los que están alegres. Lloren con los que lloran. – Romanos 12:15 (PDT)
  2. 35 Jesús lloró. – Juan 11:35 (PDT)
  3. 15 Al llegar a Tel Aviv, la comunidad de los exiliados, junto al canal Quebar, me quedé sentado en silencio durante siete días. – Ezequiel 3:15 (PDT)
  1. Les escribimos acerca de lo que siempre ha existido.

Lo hemos oído, lo hemos visto
con nuestros propios ojos,
lo hemos observado y lo hemos tocado
con nuestras propias manos.

Hablamos de Aquel que es la Palabra [a] que da vida. – 1 Juan 1:1 (PDT)

  1. 68 Simón Pedro le contestó:

—Señor, ¿a dónde iríamos? Tú tienes palabras que dan vida eterna. 69 Confiamos en ti y sabemos que eres el Santo de Dios. – Juan 6:68-69 (PDT)

  1. 29 Dios les ha concedido el honor no sólo de creer en Cristo, sino también de sufrir por él. – Filipenses 1:29 (PDT)
  2. 21 Dios los llamó a soportar tal sufrimiento. Es que Cristo mismo sufrió por ustedes, y así les dejó un ejemplo a seguir para que ustedes sigan sus pasos. – 1 Pedro 2:21 (PDT)
  3. El pecado llegó al mundo por lo que hizo un hombre. Con el pecado llegó también la muerte. Todos tendrán que morir porque todos han pecado. – Romanos 5:12 (PDT)
  4. 23 Todos pecaron y por eso no pueden participar de la gloria de Dios. – Romanos 3:23 (PDT)
  5. 13 No hay nada creado en el mundo que se pueda esconder de Dios; todo está desnudo y expuesto a su vista. Es a él a quien tendremos que rendirle cuentas de nuestra vida. – Hebreos 4:13 (PDT)
  6. 8 Hermanos, queremos que sepan acerca de los problemas que afrontamos en Asia. Tuvimos que soportar una carga demasiado pesada para nosotros y estábamos tan desesperados que incluso perdimos la esperanza de seguir viviendo. 9 En el fondo de nuestro corazón sentíamos que se nos había dado sentencia de muerte; sin embargo, esto sucedió para que aprendiéramos a dejar de confiar en nosotros mismos y confiáramos en Dios, quien es capaz de resucitar a los muertos. – 2 Corintios 1:8-9 (PDT)
  7. 4 Aunque yo tendría razones para confiar en mi raza y posición social, no lo hago. Así que si alguien piensa que tiene razones para confiar en su raza o posición social, yo tendría más razones que cualquier otro. 5 Me circuncidaron cuando tenía ocho días de nacido, soy israelita y pertenezco a la tribu de Benjamín. Soy hebreo y mis padres también fueron hebreos. La ley era muy importante para mí, pues yo era fariseo. 6 Estaba tan dedicado a la ley y las tradiciones de mi pueblo que perseguía a la iglesia, y nadie podía reprocharme nada porque siempre obedecía la ley.

7 En esa época pensaba que todo eso era muy valioso, pero gracias a Cristo, ahora sé que eso no tiene ningún valor.  – Filipenses 3: 4-7 (PDT)

  1. 17 Si Cristo no ha resucitado, su fe no vale nada y todavía son culpables de su pecado. – ! Corintios 15:17 (PDT)
  2. 13 Puedo enfrentar cualquier situación porque Cristo me da el poder para hacerlo. – Filipenses 4:13 (PDT)
  3. 12 Les digo la verdad: el que cree en mí también va a hacer las obras que yo hago. Y hará obras más grandes porque yo regreso al Padre. – Juan 14:12 (PDT)
  4. 25 Jesús le dijo:

—Yo soy la resurrección y la vida. El que cree en mí, aunque muera, vivirá. 26 Si alguien vive y cree en mí, realmente no morirá jamás. ¿Crees esto? – Juan 11:25-26 (PDT)

  1. 19 ¿Crees que hay un solo Dios? ¡Qué bien! Pero los demonios también creen que hay un solo Dios y tiemblan de miedo. – Santiago 2:19 (PDT)
  2. 14 Hermanos míos, ¿de qué puede servir que alguien diga que tiene fe si no hace el bien? ¿Lo podrá salvar esa clase de fe? 15 Supongamos que un hermano o hermana tiene necesidad de vestido o comida. 16 Llega uno de ustedes y le dice: «¡Que Dios lo bendiga, abríguese y aliméntese!» Sin embargo, si no le da lo que realmente necesita en ese momento, ¿de qué sirve? 17 De la misma manera, si la fe no está acompañada de hechos, así sola está muerta. – Santiago 2:14-17 (PDT)

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